Me acordé cuando tenía las rastas atrás y el flequillo muy muy cortito, y usaba un morralcito que tengo colgado en la cama. Y vivía sacando fotos a la nada, todo el tiempo. Pero lo más lindo eran esos pañuelitos que me ponía en la cabeza. O esas polleras largas con esas musculosas negras, y el morral y la rasta. Y... cada tanto me agarran ataquecitos. Lo importante es no perder la escencia, pero no la escencia copiada. Sino la que nos hace nosotros y ninguna copia trucha de nada ni nadie. Y no por eso fui hippie, ni rollinga, ni crota ni ningún derivado. La gente tiene un pequeño problema, ETIQUETAS. Me parece ¡TAN ABSURDO!, después de todo, cada uno es lo que es y punto. Así me veo yo. Creo que lo que realmente importa es saber quienes somos desde un comienzo, el resto viene solo.