Querido diario público parte III

Paso por un parque. Gente riendo, perros corriendo. Me duele la cara, creo que es por el viento. Alguna que otra lágrima cae. La excusa perfecta es el viento fuerte que me golpea la cara. Me levante con pocas ganas. Me iba a ver con una amiga, pero no pude. Compromisos, siempre. Pospongo muchas cosas para darle el gusto a mi vieja. No es egoísta, pero me pregunto si mas de una vez entenderá que necesito no estar en casa. ¿Cómo estará?. No hay día que no deje de pensar en el. A veces me duele el corazón. A veces me siento mas aliviada. Hay días que siento que cualquier persona puede ser mejor que él. Otros días me pongo a pensar que no, no hay nadie mejor que el en este planeta. Tengo que esperar a que pase el tren, los auriculares no me dejan escuchar el ruido de afuera. ¿Cuánta gente se mató?. El tren a veces me da miedo. Sigo caminando, y la gente se empuja una con la otra. A mi nadie me toca. Cuantas cosas aprendí a odiar desde que te fuiste. Detesto saber que no se cumplió ni un cuarto de lo que planeamos juntos.
El parque que está en frente de mi casa hoy se ve lindo. Hoy es una tarde de sol, de calor. Los chicos corren y son muy felices, al menos eso parece. Entro a mi casa. No hay nadie. Abro la ventana de la cocina y dejo que el aire entre. Salgo al balcón, vuelvo a llorar. Me siento extraña, hoy se cumple un mes desde que las cosas cambiaron. Hace un mes empecé mi etapa nueva, sola. Con lagrimas, vacíos y angustias. Tengo ganas de decirte que desde que no estás, todo va mal. De todas formas, mis mejores recuerdos son los que en el último tiempo no estaban.
A veces me pregunto si encontrarás a alguien que te ame como te amé yo. O si con alguien te podrás reir como lo hacías conmigo, si te sentirás comodo como te sentías conmigo. Si podrás amar a alguien, como me amaste a mí. Que me amaste no me quedan dudas, y que te hice feliz, tampoco. ¿Si te preguntan por mi que dirás?. Si te preguntan la razón por la cual se terminó todo ¿Que dirás?. Pensando friamente, yo siempre te di todas las explicaciones. Vos nunca me explicaste nada, aún así cuando te las pedí para no sentirme frutrada:
-'Yo no tengo que darte explicaciones de nada'- Me dijiste.
Te voy a ser sincera, nueve meses al lado tuyo me hicieron sentir la mujer más feliz del mundo. Pensé que tenías todo lo que necesitaba. Lo que vino después me demostró que no.
Salgo del balcón. Me entro a bañar. Las gotas de la ducha me alivian. Lloro, otra vez. Me acordé cuando me bañaba todas las tardes para verte. De pronto esa necesidad de tus abrazos. Porque aunque hoy abrace a otra persona, no va a ser lo mismo. Al menos no por ahora. Todo es cuestión de tiempo. Me tengo que dar una oportunidad. Le tengo que dar una oportunidad. No, no hay caso, besando otras bocas, abrazandome a otras personas. No encuentro lo que en vos sí. Otra vez está sonando la canción que una vez me dedicaste. ¿Volverás alguna vez?¿Estás leyendome?. Aunque todos me digan loca... las cosas se sienten y punto. Quizá los que me dicen eso no sintieron lo que yo sí. Como si fuera tan facil superar que el amor de tu vida se fue por la puerta de atrás. No me trates con desprecio.
Hasta mañana.