Querido diario público parte XVI

Recíen tenía un par de ideas para volcarlas, hace bocha que no escribo. Pero me molesta ver que todos escribimos igual. Definitivamente nadie tiene estilo propio. Que se yo, es lo que hay, no por eso voy a reprimir mis ganas de tipear ideas locas que se escurren por mi cabeza enferma. Sería reprimir más cosas de las que reprimo, y no tira. El día esta extraño, pero en mi casa hay paz. Ayer pensaba en no volver, y hoy no encuentro mejor lugar que mi cama, y mi familia. Soy así, tan extraña... tan retorcida. Supongo que todos estamos más propensos a estos estados en la adolescencia, que para variar, la detesto. Querés, no querés. Tenés miedo, te chupa todo un huevo. Te drogás, tomás, sos sana, sos santa, sos puta, sos histérica, depresiva. Somos todo en un par de años, ¿Para qué?, para terminar siendo más de lo mismo. Uno más del montón, que más de una vez odiamos.
Me terminé de bañar. Siempre canto en la ducha y los vecinos me escuchan. A veces pongo música ruidosa para que escuchen y no puedan estar tranquilos, me encanta molestar...a veces. Todos los que se drogan son maricoques, todos los que toman... también. ¡Cuantos estamos en las listas!. Por una causa o la otra, siempre caigo en alguna volteada, que lindo eh. Ya nosé ni que escribo, la inspiración es cuestión de segundos, si no la agarrás, sonaste. Me voy a seguir haciendo mis cosas.